Pasta o polvo de pistacho

Precaliente el horno a 170°C (340°F).

Puede encontrar pistachos verdes "procesados", a la izquierda en la foto, o con piel, a la derecha en la foto (normalmente son un poco más baratos).

Para esta receta, se necesitan pistachos sin piel, si sólo tiene pistachos con piel, remojelos 2 minutos en agua hirviendo, luego escúrralos, y retire las cáscaras que entonces se despegan fácilmente.

Esparza los 100 g de pistachos en una bandeja para hornear y póngala en el horno para tostar durante unos 5 minutos.

Mientras tanto, vierta 100 g de azúcar en polvo y 2 cucharas soperas de agua en una cacerola pequeña a fuego alto, y lleve a 120°C (250°F), use un termómetro electrónico si puede.

Tan pronto como se alcance esta temperatura, vierta los pistachos tostados en la cacerola, de un tiro.

A continuación, remueva con una espátula de madera, después de unos segundos, la mezcla se pone "arenosa".

Si ésto no ocurre de inmediato, es porque su azúcar no ha alcanzado los 120°C (250°F), no es grave, continúe removiendo, eventualmente sucederá.

Cuando la mezcla esté bien "arenosa" (como se muestra en la imagen), deje de remover, retire del fuego y deje enfriar.

Vierta el contenido, ya frío, de la cacerola en una licuadora o en un procesador de alimentos.

Y licue hasta obtener un polvo verde homogéneo, polvo de pistacho.

Si desea utilizar éste polvo de pistacho para darle sabor a una galleta, pastel o crema, por ejemplo, déjelo en este estado de polvo, es mucho más adecuado a la hora de incorporar.

Si quiere la pasta de pistacho para rellenar chocolates, por ejemplo o para comerla sola, es inútil licuarla durante mucho tiempo (como en el caso de los pralinés), no obtendrá una pasta.

Sólo debe, como en el caso del pasta de almendras, añadir un poco de clara de huevo para aglomerar toda la mezcla.

Conserve la pasta en la nevera, estirada en una especie de tarta grande, en un film alimentario, y el polvo más bien a temperatura ambiente en un frasco cerrado.