Equipamiento
En la página dedicada al equipamiento, insisto en la importancia del mismo: es muy difícil empezar con buen pie en la cocina si no se dispone del mínimo indispensable de utensilios.
Ya he elaborado una primera lista de los 10 imprescindibles (aquellos sin los que no puedo hacer nada), pero vamos a intentar acotar aún más esta lista para convertirla en el kit de supervivencia del principiante en la cocina, que puede que seas tú si estás leyendo estas líneas.
¿Qué necesitas, por orden de importancia?
1) Un cuchillo: De tamaño medio, de acero inoxidable, mango de plástico, con uno de esos pequeños sistemas de afilado en los que deslizas el cuchillo entre dos piezas de metal (si te sientes cómodo con eso, puedes usar una chaira en su lugar, pero no es fácil de usar).
El cuchillo adecuado es realmente LO primero que hay que comprar, sin él nada es posible.
No dudes en pagar el precio, y compra una marca de primera si es necesario, porque es una inversión de futuro.
2) Una tabla de cortar: elige una de material sintético, lo suficientemente gruesa y grande para facilitar su uso. Le permitirá cortar, picar, cincelar, etc. sin dañar su mesa o superficie de trabajo y sin inutilizar demasiado rápido su famoso cuchillo.
Aunque resulte tentador elegir una tabla de madera por su aspecto natural y práctico, es mejor evitarla porque la madera retiene demasiado bien los olores de lo que estás cortando, es más difícil de lavar a fondo e inevitablemente acabarás echando serrín en lo que estás cortando.
Evita también las placas de metal o cristal, son artilugios inútiles.
3) Una báscula: Hay tanto que pesar y medir en la cocina, y aún más en la repostería, que es vital tener una. Recomiendo encarecidamente las balanzas electrónicas, muy prácticas (tara automática) y ahora muy asequibles.
4) Una espátula: Una especie de cuchara plana de madera, es un poco comodín para dar la vuelta a la sartén, empujar las cosas en la tabla, darles la vuelta, etc. La espátula, en cambio, es un poco manoseable.
Sin embargo, es importante que la espátula sea de madera porque la madera no conduce el calor como el metal, así que puedes remover o dejarla en una sartén muy caliente sin quemarte, lo que no sería posible con una cuchara sopera, por ejemplo.
5) Un pelador: se trata simplemente de un cuchillo de pelar. Por supuesto, se podrían pelar patatas con un cuchillo normal, ¡pero se necesitaría la habilidad de un chef para no pelarlas del grosor de un pulgar! Así que un pelador es una muy buena opción para los principiantes.
El telón de fondo de la cocina
Por supuesto, para hacer una receta hay que tener todos los ingredientes necesarios, pero si echas un vistazo a la página de ingredientes (ordena la tabla por el número de veces que se utilizan) verás que hay algunos que aparecen a menudo, incluso muy a menudo.
Por eso es buena idea acumular un pequeño lote de productos, que deberías intentar tener siempre, ya sea en los armarios o en la nevera, y que se suele denominar "existencias de cocina".
Aquí tienes algunos consejos para crear el tuyo propio, con 10 productos sencillos pero casi imprescindibles.
Los productos esenciales
- Sal y pimienta: sin ellas, es casi imposible cocinar. Algunos le dirán que así es como se reconoce a los grandes chefs; con sólo sal y pimienta, son capaces de revelar los sabores de un plato. Así que tenga siempre a mano una lata de sal fina y pimienta molida.
- Si es posible, compleméntala con sal gruesa y un molinillo de pimienta que tú mismo rellenas con granos de pimienta, mucho más sabrosos y eficaces.
- Aceite y vinagre: Una botella de cada, para tener fuera de la nevera y elegir según tus gustos, para mí por ejemplo aceite de oliva y vinagre de vino tinto.
- Mostaza: Una mostaza sencilla, como la mostaza de Dijon, en un tarro para guardar en la nevera.
- Azúcar: Azúcar en polvo, preferiblemente en un tarro hermético.
- Mantequilla: Mantequilla de verdad, no baja en grasa, de granja o ecológica a ser posible, guardar en el frigorífico.
- Huevos: Huevos, preferiblemente camperos o ecológicos. Contrariamente a la creencia popular, no es imprescindible conservarlos en el frigorífico.
- Harina: Harina normal, conservar en un recipiente hermético.
- Cebolla y/o chalota: Conservar en el cajón de verduras de la nevera o a temperatura ambiente.
- Leche: Leche, a ser posible ecológica y desnatada o no según su gusto, conservar en el frigorífico.
- Nata: Nata, a ser posible ecológica y líquida o no según tus gustos y costumbres, conservar en el frigorífico.
Por supuesto, todo esto puede modificarse según tus gustos y costumbres, pero digamos que es un buen punto de partida.
Verás que a menudo insisto en la calidad de los productos, que es importante para los platos que vas a preparar, por supuesto, pero también para ti.
Como norma general, siempre que sea posible, hay que intentar encontrar productos buenos, frescos, sanos y locales, y por desgracia suelen ser más caros que otros productos, pero es el precio que pagamos por nuestra salud.
¿Con qué empezar?
Una vez equipado/a con material y buenos productos, hay que entrarle y escoger una receta.No problema para su selección, ¡tiene usted toda una serie variada de recetas en este sitio! Si le cuesta escoger una, vea la lista de todas las recetas. Todas han sido escritas y fotografiadas, o hasta grabadas, con la idea de ser fáciles para un/a novato/a.
También les invito que consulten los consejos para las recetas, lo encontrarán todo lo que les hace falta saber antes de realizar una receta, que esté en este sitio o en cualquier otro lugar.
Un poco de filosofía culinaria
Para terminar con este tema, aquí van 10 pequeños consejos o máximas sobre la cocina en casa. Algunos pueden parecer obvios, pero ya verás lo que consigues...1) Cocinar en casa es una actividad divertida, de convivencia, para dar y tomar placer, con la familia y los amigos.
2) Cocinar es el placer de hacer, pero sobre todo es el placer de compartir. No hay nada más bonito que ver cómo tus amigos o tu familia aprecian lo que has hecho (sobre todo si has trabajado duro). Joël Robuchon dice en uno de sus libros: "En cocina, para duplicar el placer, hay que compartir".
3) No te pongas metas demasiado altas la primera vez, empieza con una receta bastante sencilla, sólo para cogerle el truco, luego podrás ir más allá. En pocas palabras: evita las recetas marcadas , es tentador hacermacarrones, pero empezar con eso es complicarse la vida innecesariamente.
4) Ponte en condiciones: no tengas invitados el día de tu primera receta, ni el día de tu primer intento, ya que te someterías a una presión innecesaria.
5) Relájate, la cocina es flexible, así que cuando pone "dejar reposar 15 minutos", si lo dejas 5 minutos o 15 minutos en lugar de 10, no explotará nada. Del mismo modo, si no tienes exactamente el ingrediente indicado, no hay 4 especias por ejemplo, no te asustes, intenta inventarlo o sustituirlo.
Pero sé razonable de todos modos: si no tienes harina, ¡no puedes hacer bizcocho!
Seguramente estarás pensando: "Está de broma, espero... la harina es un producto básico en la cocina, siempre tengo en el armario".
6) ¡Contrata! Tienes amigos en casa: ponlos a trabajar. Cocinar juntos es genial, sólo hay que repartirse los papeles al principio, tú sigues siendo el chef, y luego podéis bromear mientras cocináis, siempre es un gran momento.
Hablando de roles, hay uno que no es trivial: el que llena los vasos de todos (y a menudo abre las botellas). Es una tarea noble, que tiene un gran impacto en la moral y el espíritu del equipo. La mejor persona del mundo para esto es mi amigo Robert.
7) Mantente zen: Todo ha salido mal, está quemado, demasiado salado, sabe fatal, lo has fastidiado todo y, sin embargo, ¡estás seguro de haber seguido esta mierda de receta al pie de la letra! Sí, no puedes hacer nada, a veces pasa, incluso a los chefs, es suficiente para hacerte llorar de rabia, pero por desgracia no sirve de nada.
Sólo hay una solución: salir inmediatamente de la cocina y pedir pizzas para todos, o salir a comer algo si se puede. Es la mejor manera de aliviar tu decepción. Después toca analizar las razones del fracaso, volver a empezar y esta vez (o la siguiente) triunfar.
8) Esté impecable: a veces lo olvidamos en casa, pero en la cocina la limpieza es esencial, y sin volverse paranoico con la higiene, recuerde :
- lavarse las manos antes de empezar
- cambiar los paños de cocina si es necesario
- lavar bien las verduras
- lavar la encimera con jabón si se han pelado verduras terrosas en ella.
9) Deja entrar a los niños: ¿Tienes hijos o nietos cerca? Dales libre acceso a la cocina (a menos, claro, que estés haciendo algo un poco peligroso como freír, o caramelizar, o cualquier cocción delicada).
Deja que toquen un poco de todo (lo que no se corta, claro), que giren la cuchara, que metan la mano en el bol, que mojen el dedo en el chocolate, que hagan la masa del crumble con las manos y, sobre todo, que lo prueben todo, ¡aunque no esté cocinado! Es el momento perfecto para que prueben cosas nuevas, nuevos sabores, nuevas mezclas... en definitiva, para que se abran y despierten su mente.
10) Cocinar no es un acto sagrado, ni una ciencia exacta: así que puedes probar todo lo que se te ocurra, pero también puedes equivocarte; ocurre bastante a menudo, pero no importa, ¡lo haremos mejor la próxima vez!