Un sirope es simplemente agua y azúcar, llevados a ebullición para mezclarlos bien, y luego dejados enfriar antes de su uso.
La diferencia está en la proporción de agua y azúcar, o dicho de otro modo, ¿cuánto azúcar se pone en cuánta agua?
Por supuesto, partiendo de 1 litro de agua, cualquier peso de azúcar es posible, pero hay 2 proporciones principales que se utilizan mucho.
El jarabe espeso
Es una proporción de mitad y mitad, 1 litro de agua + 1 kilo de azúcar. El almíbar resultante, bastante espeso, recibe el nombre de "almíbar a 30" entre los pasteleros.
Se utiliza como base para sorbetes de frutas, para empapar babas o galletas, o para abrillantar la parte superior de un pastel o viennoiserie.
El jarabe ligero
Se trata de una proporción diferente, 1 litro de agua + 500 gr de azúcar. El almíbar resultante, bastante ligero, se denomina "almíbar de 60°" o "almíbar para escalfar" por los pasteleros.
Se utiliza para escalfar frutas.
Su elaboración
Es muy sencilla: mezclar el azúcar y el agua en las proporciones necesarias en un cazo, llevar a ebullición durante 1 minuto, dejar enfriar y listo.
Los siropes pueden conservarse en un recipiente cerrado en el frigorífico, protegidos del aire. También se pueden congelar fácilmente.
El grado de un jarabe
Como se ha indicado anteriormente, los nombres a veces hacen referencia a un grado, por ejemplo 30° para "jarabe a 30", no se trata de una temperatura, sino de una antigua medida de concentración, el grado Baumé (del químico francés
Antoine Baumé), que está obsoleto pero cuyo uso, muy aproximado, aún persiste.
En resumen: Un jarabe es una mezcla de agua y azúcar en proporciones variables, las dos proporciones más utilizadas son 1 litro de agua por 1 kg de azúcar (jarabe pesado) o 1 litro de agua por 500 gr de azúcar (jarabe ligero).