Empecemos con una observación: ¡estas costras suelen ser tan duras como la madera!
Has hecho todo lo posible, pero es imposible rallar más, especialmente a mano, con demasiada fuerza, y corres el riesgo de lesionarte las yemas de los dedos con el rallador al presionar demasiado.
¿Hay que tirar las cortezas? No, eso sería una verdadera lástima, pero entonces, ¿cómo se usan? Aquí tienes algunos consejos.
En una preparación caliente y líquida
Es muy sencillo, en cuanto prepares algo caliente y líquido, una sopa, un gratinado o una salsa por ejemplo, añade tus croutas al principio de la cocción y deja que perfumen deliciosamente tu preparación todo el tiempo de la cocción. Retirarlas antes de licuarlas (sopas) o utilizarlas, observar que se han ablandado y se pueden comer.
Algunos ejemplos de recetas en las que puede utilizar estas cortezas:
Gratinado de patatas (en la leche con las patatas),
bechamel (también en la leche) o
sopa de puerros y patatas (al añadir el agua) y
parmesano gratinado.
En el horno
Puedes poner tus croutes en el horno durante unos minutos a 180°C, se hinchan y se vuelven crujientes, para servirlas como aperitivo, por ejemplo.
Aceite de oliva con parmesano
Corte sus croutas en trozos pequeños, póngalas en un tarro con tapa, cúbralas con aceite de oliva y déjelas macerar durante al menos 15 días. El aceite de parmesano resultante dará un agradable sabor a sus salsas o platos de pasta.
En resumen: No tires las migas de queso parmesano, sería una pena, es mejor utilizarlas en la cocina, ya sea en caliente (sopas, salsas, en el horno, ...), o en frío (mojando en aceite de oliva).