La preparación
No es muy complicada, las tratamos un poco como la ensalada: las sumergimos en agua fría con vinagre para lavarlas, las escurrimos y listo.
Es cuestión de gustos, pero si, como a mí, no te gusta la parte dura de la hoja de espinaca, la vena o la corteza, puedes arrancarla y ponerla en el compost, se separa de la hoja con bastante facilidad.
Pues no hay misterio, es mucho trabajo, hay que hacerlo hoja a hoja, pero el resultado merece la pena.
Ten en cuenta que a partir de ahora (pásala primero por el centrifugador de ensaladas) ya puedes comer las espinacas crudas, en una ensalada por ejemplo, solas o acompañadas, ya están muy buenas. También puede utilizarse como sustituto de la ensalada, por ejemplo en
las hamburguesas de las que hablamos no hace mucho.
Cocinarlos
Hay dos formas principales de cocinarlos:
1) Caído ("Tombés" en Frances)Se trata de un método bastante sencillo y rápido: se pone una sartén grande a fuego alto, con una gran nuez de mantequilla o un poco de aceite de oliva, y cuando todo esto esté caliente se pone en la sartén un gran paquete de hojas de espinacas preparadas.
Ten cuidado, crujirá mucho por el agua que queda en las hojas, remueves un poco las hojas y se "caerán", es decir, se cocinarán, en 2 o 3 minutos máximo.
Apartar y repetir la operación hasta que hayan caído todas las espinacas.
2) EscaldadoUn método un poco más largo: Poner a hervir una olla grande de agua con sal y sumergir en ella un paquete grande de hojas de espinacas preparadas, remover un poco y en cuanto empiece a hervir de nuevo, ya está hecho (2 minutos como máximo).
Sacar del agua con una espumadera o araña y sumergir en agua fría para detener la cocción.
Escurrir una vez que se hayan enfriado y pasarlas por un centrifugador de ensaladas para que se sequen. También puede consultar
estas explicaciones detalladas.
Sea cual sea el método de cocción que elija, las espinacas están listas para ser utilizadas en la receta que desee. Conservan sus hermosas hojas de color esmeralda, especialmente cuando se escaldan, y su delicado sabor.
En cuanto a las recetas, también es cuestión de gustos, pero las espinacas se pueden utilizar en un sinfín de recetas, ya sean
crudas o bien
cocinadas.
Por último, no me resisto a recomendar una combinación que funciona increíblemente bien:
espinacas frescas con nata. Por ejemplo, una simple tortilla en la que se pongan espinacas cocidas, o espinacas en crema y servidas con rodajas de huevo duro, ¡una delicia!
En resumen: Consumir espinacas de temporada, preparadas y cocinadas con esmero, es garantía de deliciosas recetas de temporada.