En realidad no es nada obvio, ya que lo ideal es que una vez forrado el molde, sólo sobresalga 1 cm.
Por supuesto que se puede escribir un poco al azar, yendo por la costumbre, en casa por ejemplo uso muy a menudo un molde para tartas de 22 cm de diámetro (el pequeño), o a veces de 26 (el grande), y en todos los casos siempre saco una torta de masa que está en los 300 gr. Y, por supuesto, a veces el grande es bueno, y a veces el pequeño es demasiado. Bueno, tampoco es una tragedia, si me sobra masa, aprovecho para hacer unas cuantas tartas más y no pasa nada.
Por cierto, si es masa quebrada, nunca sobrará masa, porque se la comerán, en cuanto me dé la espalda, los aficionados a la masa cruda que tengo en casa...
Bueno, eso no es todo, pero ¿podemos hacerlo un poco mejor que au pif? Sí, es un truco de pastelero, esto del peso de la masa, y como son gente de números, de rigor, de precisión, de gramos y grados, inventaron para ello una especie de fórmula mágica, ligada al diámetro de tu molde. Se ve así:
Peso de la masa necesaria (gr) = diámetro del molde (mm) + 20.
Por ejemplo, si tiene un molde de 22 cm => 220 mm + 20 = 240 => necesita 240 gr de masa.
Otro ejemplo, molde de 26cm => 260 mm + 20 = 280 => necesitas 280 gr de masa.
Muy sencillo, ¿no? Bueno, cuidado que de todas formas estamos a una vaca de distancia, y si no te sientes cómodo con un rodillo para extender la masa no dudes en aumentar el número mágico, y pasar de 20 a 30, o incluso a 40.
En resumen: Para determinar el peso adecuado de la masa que necesitas con tu molde para tartas, puedes aplicar la fórmula "mágica": peso de la masa en gr = diámetro del molde en mm + 20.