¿Por qué?
En primer lugar, porque al hacer esto vas a tener mucha clara de huevo en los bordes interiores y exteriores de tu bol que tendrás que recoger/limpiar después.
Luego hay que tener cuidado con la higiene en lo que respecta a los huevos, salen del culo de una gallina (sin pala) y, por desgracia, el intestino de una gallina puede contener salmonela, bacterias que a veces están presentes en el exterior de la cáscara y que pueden pasar de su cuenco a su receta, con el riesgo de enfermar.
Bueno, tampoco hay que ser paranoico con esto, las cáscaras de los huevos de la agroindustria se lavan antes de aterrizar en las estanterías, sólo hay que tener un poco más de cuidado con los huevos de tu gallinero, o los comprados en el mercado directamente al pequeño productor.
Y luego si tu receta va al horno después, no hay más riesgos, pero para una
mayonesa por ejemplo es más complicado.
Todo esto para decir que es mejor, si es posible, evitar el contacto de las cáscaras de huevo con su preparación en curso, y que por lo tanto esta forma de partir los huevos en el borde de la ensaladera no es top.
¿Cómo se hace entonces?
Es muy sencillo, golpea el huevo sobre la superficie de tu mesa de trabajo, un pequeño golpe seco para empezar a romper la cáscara.
Lleva el huevo así previamente cascado a la parte superior de tu bol, y termina de romper la cáscara metiendo los pulgares dentro, y tirando de ella para que el huevo caiga en el bol.
Deseche la cáscara y pase al siguiente huevo.
De esta manera se asegura que no hay contacto entre la cáscara y el recipiente y la preparación.
En resumen: Para cascar los huevos en una mezcla, no hay que golpear el borde del bol, sino la superficie de trabajo.