Preparación
Hay que empezar por reconocer que tarda en prepararse, no es muy grande, pero requiere mucha manipulación antes de estar listo para cocinar, y hay que hacerlo col por col.
Se pueden utilizar diferentes métodos, pero yo siempre procedo de esta manera:

- Primero corta un poco la base
- A continuación, retire todas las hojas manchadas o estropeadas
- Dependiendo del tamaño de la col, córtala en 2 (coles pequeñas) o 4 (coles grandes)
- Haga esto para todas las coles...
La col ya está lista para ser cocinada, apenas es necesario lavarla, las hojas retiradas la protegen eficazmente.
Cocción
Aquí es donde llegamos al problema que debe ser la causa de la mala reputación: las coles de Bruselas no deben cocinarse demasiado, ya que de lo contrario adquieren un color verde caqui apagado y desprenden olores sulfurosos desagradables.
Esta cocción correcta es válida para todas las verduras en general, pero aún más para las coles de Bruselas u otras, realmente hay que prestar atención a esto.
Si los cuece "à l'anglaise" (agua hirviendo con sal), el mejor indicador suele ser la punta de un cuchillo clavada en el centro, está duro => poco hecho, está tierno => está cocido, pare rápidamente, escúrralo y refrésquelo bajo agua fría para detener la cocción.

Bien, ahora tus coles están cocidas, pero revelarás sus sabores con una segunda cocción (que ya te he comentado), poniendo una nuez de mantequilla o una cucharada de aceite de oliva en una sartén o cacerola a fuego medio, luego una chalota picada, sal, un minuto de cocción y añades las coles de Bruselas de la primera cocción. Cocinar otros 2 o 3 minutos y servir, está listo en cuanto esté lo suficientemente caliente.
En mi opinión, esta es la mejor manera de cocinar las coles de Bruselas, ya que conserva su sabor y color, y se puede disfrutar realmente de las coles de Bruselas en todo su esplendor.
Pero en algunas recetas cocinadas a fuego lento, como el potaje, tendrás coles que se han cocinado durante (mucho) tiempo, por lo que tienen un color más bien apagado, pero se funden completamente, esa es otra cara de la verdura.
Crudas
No es muy conocido, pero también se pueden comer crudas las coles de Bruselas, sólo hay que prepararlas a la manera tradicional, no cortarlas sino pasarlas por una mandolina o cortarlas finamente con un cuchillo en una ensaladera.
Añade la ralladura de un limón, el zumo con la misma cantidad de aceite de oliva, sal, pimienta, mezcla bien y disfruta de esta deliciosa ensalada de coles de Bruselas crudas.

Para terminar, aquí tienes un pequeño reto, o desafío, si tienes hijos es conseguir que aprecien las coles de Bruselas.
Pero no te engañes, si vas a por la cantina, y sus coles de Bruselas ratas, será difícil...
En resumen: no dude en aprovechar la temporada de coles de Bruselas, que pueden consumirse crudas o cocidas, en cuyo caso hay que tener mucho cuidado de cocinarlas en su justa medida, sobre todo no demasiado tiempo, para conservar su color y su sabor.