De hecho, las ensaladas -ya hemos hablado de las hierbas- son muy sencillas: mezclas los ingredientes que has previsto, y la elección es casi infinita, añades unas hierbas, un poco de salsa, y listo.
Eso es exactamente, pero puedes hacerlo mejor simplemente jugando con los tiempos, sin prisas. Esto es lo que podrías hacer:
1) Pon todos los ingredientes de tu ensalada en la ensaladera, en este caso una simple ensalada de zanahorias ralladas.
2) Añade las hierbas, en este caso perejil picado grueso y una chalota picada fina.
3) Mezclar bien con un tenedor, pero no añadir la salsa.
4) Y aquí está el truco: cubrir con un plato y dejar reposar unos 30 minutos.
De este modo, las zanahorias tomarán los sabores del perejil y la chalota, antes de mezclarse con el aliño.
Es muy sencillo, pero mejorará considerablemente el sabor de la ensalada.
Para terminar, añada el aliño y mezcle de nuevo, en el último momento, antes de servir.
No es gran cosa, pero es un pequeño gesto que te permite aprovechar al máximo los sabores añadidos por las hierbas a tu ensalada.
Resumiendo: cuando prepare una ensalada, mezcle los ingredientes con las hierbas, sin el aliño, y deje reposar unos 30 minutos, tapada, para que se potencien los sabores. A continuación, añada el aliño y sírvala.