Tostar significa en este caso, poner las semillas en un horno caliente, que generalmente perfuma la cocina. Este paso por el horno no los cocina (demasiado corto), pero refuerza su sabor. Es el mismo principio por cierto, pero más largo, que se utiliza para el café, o los granos de cacao que luego darán el chocolate, las famosas
reacciones de Maillard.
Prácticamente, hay que precalentar el horno a 180°C, extender las judías en una capa uniforme sobre una
hoja de horno (poner una hoja de
papel de horno debajo es una buena idea para manipularlas después).
A continuación, y ponerlos en un horno caliente durante unos 15 minutos.
Así que es un truco bastante sencillo, que da muy buenos resultados, pruébalo te sorprenderá lo que consigues.
Una precisión sin embargo para lo que concierne más particularmente a la panadería, si se añaden semillas tostadas a una masa (para el pan), ocurrirá un fenómeno un poco molesto: las semillas bombearán agua a la masa y la secarán un poco.
Así que, ya que estamos hablando de secretos de panadero, he aquí lo último: para utilizar las semillas en la panadería, tuéstalas y luego, cuando salgas del horno, échalas en su peso en agua.
Deja que absorban toda el agua, lo que lleva unos 5 minutos, y sólo entonces añádelas a la masa, de esta forma tendrás semillas tostadas, con su sabor, y que además no sacarán agua.
Tenga en cuenta que este principio de tostado también se aplica a ciertos frutos secos como las almendras, las nueces, los pistachos y las avellanas, no dude en tostarlos antes de añadirlos a su tarta por ejemplo, le sorprenderá el resultado.
En resumen
- Lo mejor es tostar por un breve paso en un horno caliente las semillas antes de utilizarlas
- Si es para hornearlas humedécelas con su peso en agua después de tostarlas y antes de incorporarlas a una masa.
- Se pueden tostar muy bien las almendras, los pistachos, las nueces y las avellanas.