Hay que reconocer de entrada que el calabacín es una hortaliza de verano muy agradable, pero no tiene un sabor muy fuerte.
Pero cuando está empezando, cuando no es demasiado grande, el sabor sigue ahí, con un crujido delicioso.
El problema, por así decirlo, es que tanto el sabor como el crujiente disminuirán, mientras que el tamaño aumentará.
Dicho de otro modo, cuanto más grande es el calabacín, menos sabor tiene, y mayor es el volumen de su centro y semillas en relación con su carne.
¿Cuál es el tamaño "correcto"?
Un gran chef, Alain Dutournier, solía decir que más allá de 15 cm (6 pulgadas), un calabacín ya no es interesante (desde el punto de vista del sabor).
Cuanto más pequeño sea el calabacín, más crujiente y sabroso será, así que intente que tenga un tamaño máximo de 15-20 cm.
Sin embargo, hay 2 excepciones: 1) para los calabacines rellenos, puede sobrepasar (ligeramente) este tamaño, para que el relleno sea más fácil de rellenar, y 2) para una sopa.
Cuanto más grande sea el calabacín, más semillas habrá que quitar del centro.
Cuando el calabacín es pequeño no se sienten, pero en uno grande hay que quitarlas porque son demasiado grandes/duras.
Incluso los calabacines muy pequeños, del tamaño de un dedo, son interesantes.
Es una delicia morderlos, por ejemplo, mojados en mayonesa de limón.
Por desgracia, muchos jardineros aficionados desconocen esta relación entre sabor y tamaño, y dejan crecer sus calabacines hasta tamaños impresionantes, pensando que están haciendo lo correcto...