Hay dos criterios principales para clasificar los moldes: el material del que están hechos y su volumen, es decir, la cantidad de masa que cabe en su interior.
El material
Lo menos que podemos decir es que tiene donde elegir: acero, silicona, vidrio, acero antiadherente, exoglass, aluminio...
Y la elección depende totalmente de ti, ya que cada uno de estos materiales se adapta bien a la cocción en horno, después es más una cuestión de preferencias personales.
Por ejemplo, yo intento limitar al máximo el uso de moldes antiadherentes, así que tiré a la basura mi viejo molde Tefal que tenía desde hacía años y lo sustituí por un molde de vidrio Pyrex, más neutro y prácticamente indestructible.

Por supuesto, hay que tener un poco más de cuidado antes de hornear, porque puede resultar difícil sacar la masa del molde, pero si untas bien el molde con mantequilla antes de verter la masa, no tendrás problemas.
Y si el hojaldre está muy pegajoso al hornearlo, pongo una tira de
papel de horno en el fondo, o incluso en los bordes, y se desmolda solo.

Así que depende de ti, sólo recuerda que todos se hornearán muy bien, pero lo difícil será desmoldarlos.
Capacidad
Todos los moldes de tarta "clásicos" tienen una capacidad que les permite contener un volumen de masa de unos 1000 ml (1 litro de masa), que es la capacidad estándar.
Pero no sólo encontrarás moldes para tartas grandes, también encontrarás moldes para tartas pequeñas que a menudo son el doble de pequeños y, por lo tanto, tienen una capacidad de 600 ml, lo que resulta práctico si quieres hacer 2 tartas pequeñas en lugar de una grande.
El molde debe ser capaz de contener el volumen de masa, pero no debe estar completamente lleno después, ya que es casi seguro que el pastel se hinchará y subirá durante la cocción, por lo que los lados del molde deben ser lo suficientemente altos para que no se desborde.
Esto varía bastante según la marca y el modelo, pero puedes comprobarlo fácilmente calculando el volumen de tu molde multiplicando su largo x ancho x alto en milímetros y obtendrás su volumen en mililitros.
Otra solución más rápida es colocar el molde en una báscula, tararlo y llenarlo de agua. El peso indicado será su capacidad (o volumen).
Una vez que tengas la capacidad del molde, divide el valor por 3 y tendrás una buena estimación del peso de masa que puedes verter en él.
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Moldes desechables
Los moldes de aluminio de varios tamaños (principalmente de 1200 o 600), conocidos como moldes desechables, son ahora bastante fáciles de encontrar y son muy utilizados por los profesionales.


Son bastante prácticos y fáciles de usar, pero sobre todo
se pueden reutilizar varias veces. Contrariamente a su nombre, sería una verdadera lástima tirarlos cuando se pueden lavar y reutilizar tan fácilmente.
En
resumen: sea cual sea el material que elija para su molde, se horneará bien, lo único complicado es desmoldarlo, y para ciertos materiales (vidrio y metal en bruto) hay que tener cuidado de untar bien el molde con mantequilla, o incluso protegerlo con una hoja de
papel de horno.