Personalmente, es una forma de clasificar los restaurantes que realmente me gustan: un mes después, ¿recuerdo al menos un plato que comí allí? Si es así, era un restaurante muy bueno, si no...
De hecho, me parece que lo que es cada vez más raro ahora en los restaurantes es encontrar algo que tenga un sabor distinto, algo que te haga querer volver a por más y que te haga saltarte el plato con un trozo de pan.
Es el sabor de lo que yo llamo "cocinado", difícil de describir porque a veces se aplica a los productos, a veces a la forma de prepararlos, a veces a ambas cosas.
Un ejemplo sencillo para ilustrarlo: el pastel de pastor, se puede encontrar en casi todas partes, por supuesto, pero ¿cuántos de ellos se comen que realmente tengan ese gran sabor a cocido? Casi siempre es una simple carne picada cocida, con puré de patatas por encima y un poco de queso rallado (insípido), al horno.
Y ese es el problema, para que la carne picada sepa bien, la carne tiene que estar cocida, por supuesto, pero si es el resto de otro plato aún mejor, una segunda cocción revelará otros sabores. También se necesita
un buen puré, uno de verdad hecho con patatas, mantequilla y nata a ser posible, no copos y agua, y por último el queso por encima, no ese Emmental de plástico insípido, o peor aún queso "rallado" de paquete, sino un queso de verdad, como un trozo de Comté por ejemplo, que se ralla directamente sobre el puré antes de meterlo en el horno.
Evidentemente, se tarda un poco más en prepararlo, pero qué diferencia con el insípido parmentier de los restaurantes o comedores equivocados.
El propietario de un restaurante que lea esto probablemente pensará algo así como: ¡más tonterías de aficionado de alguien que no sabe que el tiempo es oro en la cocina! Sin duda, Chef, sin duda, pero usted también sabe que el parmentier (cuando está bien hecho) mejora con cada recalentado, o casi cada recalentado, así que ¿por qué no hacer un montón de antemano y recalentarlo a demanda? Seguro que los clientes volverían a por más....
P.D. Por cierto, es de buena educación no mojar el plato con un trozo de pan en un restaurante, ¡una norma que aún desconozco!
En los grandes restaurantes, encontrarás una cuchara salsera en el borde del plato, que se supone que te permite salsear educadamente tu plato: es completamente ineficaz, y enfría lo que consigas coger con ella.
¡Viva el trocito de pan con el que salseas tu plato!