Para proteger masa o trozos de masa cuando están reposando, es común cubrirlos de un trapo que se ha de humedecer, si no, éste deseca el trozo de masa absorbiendo su humedad.
Otra solución, más sencilla y eficaz, es usar un hoja de plástico (recortada de una bolsa por ejemplo), que protege muy bien el trozo de masa y, sobre todo, no absorbe su humedad.