Ponga 2 cucharas soperas de agua en un cazo y vierta los trozos de albaricoque por encima, luego 250 g de azúcar en polvo e 10 g de Azúcar de vainilla.
Puede parecer mucho azúcar, pero es porque los albaricoques, incluso los maduros, son bastante ácidos cuando se cuecen.