Deshuesa los trozos de conejo con un cuchillo pequeño, reserva toda la carne que puedas extraer, además del hígado y los riñones del conejo.
Nota: No es un trabajo fácil, sobre todo para un principiante, pero no te preocupes, después haremos lo posible para que nada salga mal. En teoría, puedes pedirle a tu carnicero que lo haga por ti, pero como lleva bastante tiempo, suelen ser reacios, si no algo peor.
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