Para gratinar una calabaza, hay que excavar el centro de la calabaza para extraer todas las semillas, rellenar la cavidad con un preparado (en este caso, 3 tipos de queso) y hornear el conjunto hasta que la carne de la calabaza esté muy tierna.
Las calabazas se sirven directamente del horno, formando un elegante gratinado que se come mejor con cuchara.