La idea de este pan surge de una divertida coincidencia: la cantidad de sal necesaria para hacer una barra de pan es de 35 g de sal por litro de agua, que es exactamente el contenido de sal del océano Atlántico. Por tanto, es posible hacer pan, sin sal añadida, utilizando agua de mar en lugar de agua convencional. No sólo funciona, ¡sino que además el pan es excelente!