Un soufflé parece difícil de hacer y de conseguir, pero en realidad no lo es tanto. Lo importante es desglosar bien los pasos: se empieza haciendo una bechamel, luego se añade un poco de queso, después unas yemas de huevo (y se convierte en una salsa Mornay) y, por último, las claras batidas.
Ya sólo queda meterlo en el horno bien untado de mantequilla y enharinado.