Una vez el horno muy limpio y la puerta cerrada, se espera a que, bajando en temperatura, alcance los 250°C o 482°F, porque hornear antes de esto les hará tener pan completamente quemado.
Esta espera puede ser bastante larga, depende de su horno y del tiempo que lo habrán dejado "calentando", es decir con fuego adentro.
Una vez que se alcanzó buena temperatura, pueden hornear los trozos de masa de tal manera que no se toquen, al no olvidar que se van a inflar al cocerse.
Distribuir los trozos de masa en la solera siempre es tarea difícil.
Cuando los trozos de masa estén en el horno, viene el momento de empañarlos, o sea hacer que se humedezca lo suficiente la masa que se cuece para permitir que dore correctamente.
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El tiempo necesario para que se cueza una hornada es 40 minutos aproximadamente, pero es posible dejarla en el horno más tiempo para obtener una corteza un poco más espesa.
De todos modos con un horno usando madera, si hornean a buena temperatura, es imposible quemar pan pues el horno sólo baja en temperatura.
También pueden intentar algo sorprendente que se el "pan de dos horas" (o más) dejando que se cueza pan todo ese tiempo. Apenas se oscurece pero su corteza se vuelve muy crujiente, un poco más oscura y desprende aromas muy raros y asombrosos de café tostado.