1 : Prepare 300 g de puré de calabaza castaña (variedad potimarron) (esto puede hacerse con unos días de antelación, en este caso caliéntelo antes de añadir lo siguiente), incorpore 100 ml de nata, 1 nuez de mantequilla, y 100 g de queso rallado, agregue pimienta generosamente y mezcle bien. Verifique que esté suficientemente salado.
2 : Pele y pique 1 chalote. En una cacerola, vierta 3 cucharas soperas de aceite de oliva a fuego medio. Cuando el aceite esté caliente, añada el chalote picado y cocine un minuto.
3 : Añada 300 g de pollo cocido, apague el fuego, cubra y deje cocinar lentamente a cubierto, revolviendo de vez en cuando. Al cabo de unos diez minutos, a medida que lo vaya revolviendo, el pollo se deshilachará por completo (vea la foto de la derecha). Apague el fuego en cuanto esté hecho y reserve a cubierto.
4 : Precaliente su horno a 200°C (392°F). En un plato de gratinado (individual como en la foto) o de tamaño grande, reparta el pollo que habrá mezclado en el último momento con el perejil picado.
5 : Cubra esta capa de pollo con una capa de puré de potimarron.
6 : Termine espolvoreando un poco de queso de pasta dura (gruyere o comté) rallado.
7 : Hornee durante unos 20 minutos.
8 : De hecho, saque del horno tan pronto como la superficie esté gratinada.
Observaciones
Puede sustituir los restos de pollo por cualquier otra carne ya cocinada que tenga: cerdo, ternera, etc.