2 : Cortar cada ciruela por la mitad, retirar y desechar el hueso.
3 : Precaliente el horno a 200°C. Poner 20 g de mantequilla en una cazuelita y meterla en el horno mientras se precalienta, esto es un truco ya que luego necesitaremos la mantequilla derretida y mejor aprovechar el calor del horno.
4 : Colocar una hoja de papel de horno en una bandeja de horno y espolvorear la parte superior con 1 cuchara sopera de azúcar de caña.
5 : Coloque 150 g de masa de hojaldre encima en un disco lo más uniforme posible.
6 : No es necesario, pero puede dorar el borde de la masa (1 cm o 1/2 pulgada) con un pincel.
7 : Extender 50 g de avellanas en polvo sobre el hojaldre, dejando un pequeño borde libre, de nuevo de aproximadamente 1 cm o 1/2 pulgada.
8 : Cubrir con las ciruelas que se colocarán en la rebanada. Consejo para empezar: coloca algo pesado encima (en este caso un bloque de horno) y presiona la primera ciruela sobre él para que encaje en la rebanada, retira una vez que el círculo de ciruelas esté terminado.
9 : Rellenar todo el disco con masa, como en todas las tartas se necesita mucha fruta.
10 : Sacar la mantequilla derretida del horno, con cuidado al manipular la cazuela ya que está caliente, y con un pincel untar generosamente con mantequilla la parte superior de la fruta.
11 : Espolvorear, también generosamente, con azúcar de caña.
12 : A continuación, hornear durante 25 minutos.
13 : Pasado este tiempo, sacar del horno, levantar el papel de hornear y deslizar una rejilla por debajo. Vuelva a meter en el horno durante 10/15 minutos más (vigile el color), este es el secreto de las tartas crujientes.
14 : Dejar enfriar y, si es posible, cortar la parte superior con albaricoques. Servir caliente o frío.
Observaciones
Si no tiene avellana en polvo, sustitúyala por almendra en polvo. Puede variar esta tarta con otras frutas según la temporada: mirabeles o albaricoques en particular. Si utiliza un disco de hojaldre comercial, deberá utilizar 1 kg de ciruelas y 80 g de avellanas en polvo.