Preparación |
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15 min. |
1 | Lo ideal, por supuesto, es disponer de rábanos frescos y bonitos con su parte superior. | ![]() |
2 | Empieza por cortar la parte superior. Ten en cuenta que no necesariamente tienes que tirarlos o compostarlos: puedes utilizarlos en una receta de sopa de grelos o pesto, por ejemplo. | ![]() |
3 | Una vez eliminada la parte superior, queda un pequeño trozo de tallo en el nabo, que se puede conservar en los nabos pequeños que se vayan a cocer enteros. | ![]() |
4 | Si no, cortar la parte superior del nabo. | ![]() |
5 | Quedará un poco de verde, es normal, nos ocuparemos de eso más tarde. | ![]() |
6 | Dar la vuelta al nabo y cortar la raíz. | ![]() |
7 | Esta vez no hay verde. | ![]() |
8 | Pelar todo el nabo con un pelador de verduras. | ![]() |
9 | Si quieres conservar un trocito de tallo (nabos pequeños), dale la vuelta con el pelador... | ![]() |
10 | ...o pelarlo todo. | ![]() |
11 | A continuación, retire la parte verde de la parte superior. La mejor manera de hacerlo es utilizar una cuchara para manzanas, o una cuchara pequeña si no dispone de una. | ![]() |
12 | Ya está, tu nabo está listo, haz esto con todos los demás, luego lávalos y sécalos. Tus nabos están listos para usar en tu receta. | ![]() |