1 : Lo ideal, por supuesto, es disponer de rábanos frescos y bonitos con su parte superior.
2 : Empieza por cortar la parte superior. Ten en cuenta que no necesariamente tienes que tirarlos o compostarlos: puedes utilizarlos en una receta de sopa de grelos o pesto, por ejemplo.
3 : Una vez eliminada la parte superior, queda un pequeño trozo de tallo en el nabo, que se puede conservar en los nabos pequeños que se vayan a cocer enteros.
4 : Si no, cortar la parte superior del nabo.
5 : Quedará un poco de verde, es normal, nos ocuparemos de eso más tarde.
9 : Si quieres conservar un trocito de tallo (nabos pequeños), dale la vuelta con el pelador...
10 : ...o pelarlo todo.
11 : A continuación, retire la parte verde de la parte superior. La mejor manera de hacerlo es utilizar una cuchara para manzanas, o una cuchara pequeña si no dispone de una.
12 : Ya está, tu nabo está listo, haz esto con todos los demás, luego lávalos y sécalos. Tus nabos están listos para usar en tu receta.
Observaciones
Cuando los nabos están muy frescos, algunos cocineros piensan que no hace falta un pelador para pelarlos, que basta con deslizar el dorso de una cuchara bajo la piel. Pero para los aficionados que somos, el pelador nos viene muy bien.