1 | Precaliente el horno a 180°C. Vierte el 300 g de avellanas en una bandeja de horno. | |
2 | Hornear durante 10 minutos a 180°C. | |
3 | Pasado este tiempo, verá que la piel de las avellanas se ha oscurecido y agrietado. | |
4 | Verter las avellanas sobre un paño de cocina y dejar enfriar unos minutos. | |
5 | Dobla el paño de cocina... | |
6 | ...y hacer rodar las avellanas de un lado a otro durante 1 ó 2 minutos, apretando bien el paño. | |
7 | Abrir el paño de cocina y sacar las avellanas, que ya estarán bien peladas. | |
8 | Dobla el paño sobre las avellanas restantes y repite la operación hasta que todas tus avellanas estén sin piel. | |
9 | Es posible que tenga algunas avellanas "resistentes", que conservan un pequeño trozo de piel, como en la foto. Hay tres soluciones posibles: 1) Volver a meterlas en el horno en la bandeja durante 3 a 5 minutos, y volver a empezar. 2) Raspar la piel restante con un cuchillo. 3) Mantenerlas así, la poca piel que queda no es realmente un problema, a menos que las avellanas se vayan a utilizar como decoración. | |
10 | Le encantará la diferencia de aspecto y sabor entre las avellanas crudas y las peladas, que también han sido tostadas. |